domingo, 30 de mayo de 2010

De qué va la feria



Este año, la feria va de nórdicos que escriben novelas de policías y asesinos. Pues sí que vamos bien. Mucho me temo que ni la voy a pisar. No por los nórdicos, qué va, sino por otras razones; entre ellas se encuentra el hecho de que yo me encuentre lejos de Madrid. Y sin perspectiva de visitarla esta semana, con lo que pasarán esos quince dias feriados de libros sin mí. No creo que el Retiro me eche mucho de menos. Aunque debiera: he sido asidua, día tras día, cuando éramos vecinos el Retiro et moi.
Lo que sí haré es interrumpir mis lecturas excéntricas (¿?) y leer algo más "actual", más reciente. A ver qué tal. Leeré, por fin, a la nueva nobel, Herta Müller, de la que ya había tenido noticia hace años, cuando Siruela, la editorial del conde, publicó una novela suya. Pero no pasé de hojearla con cierta pereza.
La pereza... es buena consejera de lecturas, no crean. Mala para decidirse a fregar los cacharros apilados en el fregadero a estas horas de la noche, pero buena para dejarse caer en un sillón y abrir un libro y permitir que los ojos resbalen por sus lineas de hormiguitas negras que se mueven y se recolocan y tal. Ay, sí; qué bien. Me subo corriendo a mi cuarto que esta noche me acabo el que estoy leyendo.
Y ustedes: ¿qué libro leerán esta semana? Anden, sean buenos y cuéntenme, a ver si me dan más ideas. Todo menos lo que dictan los media. Que es que cada vez lo tolero peor. Y detesto el bicarbonato.

jueves, 20 de mayo de 2010

Dio, hasta siempre, Maestro

Los heavies andan de bajón porque se ha muerto la mejor voz metalera del orbe, encerrada en un cuerpo pequeño y frágil que ha sucumbido al embite del cáncer.
Ronnie James Dio había sido alma de Black Sabbath, Elf, Rainbow y de su último grupo, Dio. Sin su invento de los cuernos no habría saludo heavy en condiciones. Tenía por delante citas en muchos sitios, pero ha tenido que ausentarse por una razón de peso. Como dice el epitafio en la tumba de Groucho Marx, "perdonen que no me levante".
Sólo una recomendación: escuchen la canción "Rainbow in the Dark". Y luego, si les quedan ganas de más: "Don't talk to strangers". Gran voz, bellísima persona.
Requiescat in pace.

martes, 11 de mayo de 2010

Un trozo de Emily Dickinson

Cuesta mucho pensar en la muerte cuando le asociamos un ser que estuvo vivo y al que amamos. O cuando nos ponemos en el momento de nuestra propia muerte.
Por eso el consuelo de la poesía. Aunque ésta sea la de Dickinson, que no concede engaños ni artes simuladoras. Pero, es que es tan bella, tan intensa, tan profunda. Que la quiero compartir con vosotros.

Morí por la Belleza - y me acababan
de ajustar a la Tumba
 cuando Alguien que murió por la Verdad
fue recluido en la habitación de al lado-

Preguntó suavemente "¿Por qué has muerto"?
"Por la Belleza", dije -
"Y yo - por la Verdad - Ambas son Una -
Hermanos somos, pues", me contestó -

Y así, como Parientes que una Noche se encuentran
hablamos entre dos Habitaciones -
hasta que el Musgo nos alcanzó los labios
y nos cubrió - los nombres -  

Para los que puedan disfrutarla en la lengua en que fue escrita, la versión original:

I died for Beauty - but was scarce / Adjusted in the Tomb / When One who died for Truth, was lain / In an adjoining room - / He questioned softly "Why I failed?" / "For Beauty", I replied -/ "And I - for Truth- Themself are One-/ We Brethren are", He said- / / And so, as Kinsmen, met a Night- / We talked between the Rooms- / Until the Moss had reached our lips -/ And covered up our names - 

En homenaje a los que hemos querido tanto y han muerto.