jueves, 27 de noviembre de 2008

SILENCIO DE OTOÑO


No he leído la prensa hoy. He salido a pie por el camino que ataja la distancia entre la casa donde vivo, en mitad del campo tarraconse, y el Molino desde donde escribo. He querido saber qué es un día sin leer el periódico, sin ver la televisión ni escuchar la radio. Con el sonido de la tierra y el viento por compañía en vez de enchufarme a Devendra en el ipod. Nada. ¿Nada? Menuda algarabía tenían montada los pájaros del camino, mirlos rebuscadores, cuervos viajeros, algún gavilancito despistado. Un no parar. Eso, sin contar con una esfinge de orla dorada a la que creía dormitando desde el final del verano, un abejorro bombardero y las mosquitas rezagadas que parecen pizcas de espuma flotando al sol. Y el viento… el sonido de las ramas de los árboles que van desplumando sus ramas, alfombran los bajos para crear un mullido colchón de humus fecundo, fragante. Un espacio perfecto para leer este poema de Emily Dickinson que os ofrezco:
This is my letter to the World/ that never wrote to Me-/ the simple News that Nature told-/ With tender Majesty. / Her Message is committed/ To Hands I cannot see-/ For love of Her- Sweet- countrymen-/ Judge tenderly- of Me.
Comentarios a esta entrada:

1. Esta agua ya no existe; se trataba de un torrente creado por las lluvias pasadas
Comentario por elvi54 — Noviembre 10, 2008

2. Un torrente precioso, en un lugar que se adivina mágico si lo vemos y oimos a través de tus sentidos. Da gusto imaginarlo, aunque luego haya que volver a la realidad de las cuatro paredes, el ordenador, el trabajo inacabable y … las noticias de la televisión. Pero bueno, así es la cosa, llena de contrastes.
Comentario por clara — Noviembre 10, 2008

3. Nuevo poema favorito (contestando a Emily Dickinson):

Glory be to God for dappled things—For skies of couple-colour as a brinded cow; For rose-moles all in stipple upon trout that swim; Fresh-firecoal chestnut-falls; finches’ wings; Landscape plotted and pieced—fold, fallow, and plough; And áll trádes, their gear and tackle and trim.All things counter, original, spare, strange;Whatever is fickle, freckled (who knows how?) With swift, slow; sweet, sour; adazzle, dim; He fathers-forth whose beauty is past change:Praise him.
Varia belleza Gloria a Dios por las cosas moteadas, Por los cielos manchados como la vaca pinta; Por los lunares rosa salpicados en la trucha que nada; Las castañas en ascuas al caer; las alas del pinzón; La tierra parcelada y repartida - labor, barbecho, aprisco; Y todos los oficios, sus arreglos y aperos y aparejos. Por todos los contrastes, lo original, lo raro, lo sobrante; Cualquier cosa que cambia, con pecas (¿cómo así ?) Rápida, lenta; amarga, dulce; fúlgida, tenue; Todo lo engendra aquél de belleza inmutable: Loado sea.
Versión de Margarita Fernández de SevillaComentario por adolfo — Noviembre 11, 2008

4. Elvi, envidiable ese paseo. El arrollo, traído y llevado por la caprichosa naturaleza, captado bellamente por la lente de la cámara y un ojo certero. ¿Quién necesita a Emily Dickison en semejante lugar? Pero me ha entrado ganas de volver a releerla. Gracias por el poemita.Adolfo, lovely el de Hopkins ¡
Comentario por
chiqui — Noviembre 11, 2008

5. “Pero a quien el campo dicta su mejor lección – escribe Machado—es al poeta. Porque en la gran sinfonía campesina, el poeta intuye ritmos que no se acuerdan con el fluir de su propia sangre, y que son, en general, más lentos. Es la calma, la poca prisa del campo, donde domina el elemento planetario, de gran enseñanza para el poeta. Además, el campo le obliga a sentir las distancias—no a medirla—y a buscarles una expresión temporal, como, por ejemplo:El día dormidode cerro en cerro y sombra en sombra yace,que dice Góngora, el bueno, nada gongorino, el buen oeta que llevaba dentro el gran pedante cordobés.”
Comentario por El antologo — Noviembre 11, 2008

2 comentarios:

Elvira dijo...

Adolfo, gracias por ese poema y su traducción (no es tan fácil Dickinson como la pintan). Qué bonito volver a esta entrada y encontrarla tan habitada y poética.

Elvira dijo...

Clara, amiga de tanto tiempo, de cuando peinábamos trenzas, o casi. No sabes cómo me alegra tu visita, vuelve, parakaló; vuelve siempre que quieras.