martes, 10 de noviembre de 2009

Saltar el muro

Debe de haber por alguna parte de esta casa unos pedazos del muro de Berlin pintarrajeados que Pilar Miró me trajo, hace 20 años, todavía directora general de RTVE y oyente de mi programa, como supe cuando ya me habían despedido. Los guardé cuiadosamente a pesar del abuso que se cometió con la comercialización de esos trozos de cemento helados por tantas muertes y por el sufrimiento de tanta gente. En la casa de mi infancia siempre se hablaba del telón de acero y yo creía que el muro estaba hecho así, como un largo telón de teatro pero de acero. Apenas podía imaginarlo. Cuando, muchos años después, en 1986, pude verlo con mis ojos, me parecía raro que un muro así dividiera una ciudad tan poblada en mi mente de novelas que me parecía inabarcable. Una vecina de Check Point Charlie me invitó a subir a su casa, un octavo piso, desde donde se dominaba el panorama de las calles y las casas a las que el muro partía en dos. Por ese lado, ni una sola pintada, ningún dibujo iluminaba la sinrazón. Todo el muro estaba impoluto y formalito. Fue muy amable esta frau que incluso insistió en que compartiéramos un té mientras conversábamos, frases entrecortadas, palabras sueltas, silencios, miradas melancólicas hacia el exterior donde algún guardia paseaba rutinario y aburrido, esperando quizás el relevo.

FotogrCursivaafía del CPC en 1966

Luego tomé el metro para apearme en la Frederickstrasse, donde había que pasar la frontera. Colas de alemanes llevaban paquetes -algunos enormes: televisores, neveras...- y esperaban en silencio su turno. Al entregar el pasaporte, la mirada acerada del policía se me clavó en la pupila varias veces, pupila y fotografía, una y otra vez. No le gustó, quizás, mi condición de periodista. Ana, que venía conmigo en calidad de traductora, llevaba una novela inconveniente de Peter Schneider: Der Mauerspringer. Ana y yo comentábamos lo guapo que era el policía al que sonreíamos abiertamente cuando nos miraba de esa manera. Quizá, por eso, al regresar de la trastienda con el comisario de fronteras, un hombre, por otra parte, muy simpático que nos trató con total amabilidad, aunque nos confiscó material de trabajo, el policía guapo le susurró: "Dos peces gordos, ¿eh, Herr Komisar?" Pateando las calles del Este, contemplé las pancartas colgadas de algunas fachadas, escritas en estilo gótico diciendo consignas de la utopía socialista, el engaño igualitario. Me pregunto si habrá en algún lugar alguna fotografía de esas fachadas. Gasté las monedas de aluminio que fuimos obligadas a cambiar en la frontera (25 marcos) en libros. Y, a la vuelta, entré en una profunda tristeza. La que me produce siempre la conciencia clara de la incapacidad de la condición humana. Mi incapacidad. Mi muro particular.



18 comentarios:

Manuel Montero dijo...

Cual de los programas que salen en la pagina de periodico es el de usted, Elvi ??? No estoy para nada en la onda, ando tan perdido, para que usted vea, que he escrito lo siguiente

Lógica de la perdición

Sólo estamos perdidos los que hemos tenido un punto de partida. Los demás pululan.

Haberse perdido es un excelente pretexto para la seducción. Seducir es más ser conducido que conductor.

El maestro en perdición es el antipapa de los párvulos, pero a quién le importa...

¿El cero es un número par ? La luna nueva.

El lugar de Leopoldo María Panero. Microcosmos y macrocosmos de la prisión y del asilo. Con algún plató de televisión y algún bar madrileño, o de cualquier punto de la Península. ¿Quién puede abrigar la añoranza de más topologías, cuando se es un adolescente desesperado?

Que no se note que tu vestimenta imita un modelo.

En casa de esa poetisa había un exceso de interpretación en cada esquina de la mesa. Estaba encantada de quedar conmigo en una cafetería de la rue de Turenne.

Conducía rápido en la cama.

Han pasado tantas cosas en este país, sentados en la terraza de chez Ouazzani, los dos extranjeros no pueden estar sino equivocados.

El cine de Nabyl Lahlou podría ser candidato al Oscar, con más razón a la Palma de Oro de Cannes. Pero el tiempo pasa y el malditismo es un mágico huevo que incuba el buitre de Saturno.

La estructura de cine político con el eclecticismo y la erudición de una puesta en escena barroca, primer mérito del cine de Nabyl Lahlou. Su mujer Sophia Hadi es la única actriz que podría hacer una Frida Kahlo, por encima del personaje, con una altura o profundidad shakespeariana, y la única en la que los tatuajes de henna del Rif no resultan artificiales.

Para dejarlo ahí de momento, lo de hacer cine de Nabyl es como lo de Orson Wells, con cuatro palos. Mi tía Marisún guarda el recuerdo de Wells entrando a diario a un bar manchego, abrigado como un esquimal. Eran cuatro palos y algún drapeado o algún contraluz. Pero era un barroco graso. Una enormidad artística. A Wells le hubiera hecho falta esa capacidad telescópica de Nabyl, que me recuerda a Gulliver en sus mejores momentos.

Este es un turno de malditos para los que se lo habían perdido.

¿Qué voy a decir de Abelardo Muñoz ? Si es que todos los que hemos empezado por Azúa y su Historia de un idiota estamos predestinados a interesarnos por Abelardo Muñoz, el ala dura de los novísimos y el único que va lanzado, aparte de Panero.

Terminaría dándome bofetadas con los demás, como pasa en el cine militante de Pierre Merejkowsky.

¿ El cine lento nos hace lentos ?

En todo caso, el cine de Merejkowsky es a cámara rápida, hay que pillar según va pasando, incluso cojer un sitio en la cola.

Cuando alguien te dice "soy funambulista", te agarras a la silla.

Escribir es negarse a hacer lo que los otros.

Anónimo dijo...

Uy, uy, me interesa lo que escribe, MM. Lo leeré más despacio, ahora pierdo un tren. Mi programa se menciona en la esquinita a la derecha, abajo, "de salida", como se dice en prensa. De eso hace ya mucho. Me puede la vanidad.
Elvi90

el c dijo...

uno, dos, tres.
mr.w.

el de antes dijo...

"me gusta tanto alemania que prefiero que haya dos"

jala¡ dijo...

decir no lo he dicho yo. está claro
" " " pero la frase es buena, eso no puede negarse

estrella dijo...

Pues yo ando alejada de la inter...los veo el lunes. besines a todos.

Mucho tengo que contar de ese muro y mi viaje a Berlin...otro dia sera!

Elvira dijo...

"Conduce rápido en la cama" me gusta. No lo que significa sino la frase me gusta. Mi gata Kenya no quiere dejarme teclear. Se sienta encima de mis manos y me impide dar un paso. He estado fuera un tiempo y me han echado de menos.

Elvira dijo...

Desde luego, tendré que conocer el cine de Nabyl; me intriga su insistencia, MM. Después de la experiencia vallisoletana he empezado a tomarle afición al cine y a mirarlo con más atención y menos intolerancia.

Elvira dijo...

La frase de las dos alemanias es buena, pero ¿quién la dijo? Algún cínico, quizás, (en sentido griego de la palabra): no creo que fuera Kennedy, más bien le pega a un inglés, ¿no es así, c? Churchill... no sé, no sé

Elvira dijo...

Boquiabiertos nos dejas, Chiqui, y a la espera de tus noticias de aquella visita al muro berlinés. Todos somos berlineses, me cachis en la mar.

Manuel Montero dijo...

es Orson Welles y no Wells, como he puesto en las migas de antes. Conocéis la musica de Alain Bashung ?

Elvira dijo...

No conozco a Bashung, pero me he paseado por ahí en su busca y me gusta su estilo. ¿De dónde sale? Parece mentira que estando tan cerca estos dos países se conozca tan poco el uno del otro.

Manuel Montero dijo...

Bueno, yo no tengo mucho mérito; me enteré de que existia cuando fallecio. En varios blogs pusieron musica de Bashung y ahora lo escucho en deezer.

Anónimo dijo...

¿deezer? Perdona mi ignorancia, ¿eso qué es lo que es?
Elvi90

Anónimo dijo...

Ask Google!

Manuel Montero dijo...

Tengo curiosidad por saber qué piensa de mi poema en inglés por capitulos.

Elvira dijo...

Tendré que leerlo MM. Necesito un hueco y una silla (ya no estoy en casa); en cuanto los tenga, me pongo a la lectura.

Elvira dijo...

J'ai lu, MM. J'ai aussi écrit sur votre entrée.