Endrinas, membrillos y tres bellotas del camino |
Ya de paso, en otro paseo, muy intencionado, ya que fui pertrechada de cesta, cuchillo y guía de micólogo, me adentré en el bosque para comprobar si, en efecto, este año era mal año de setas. Me temo que así es. Las pocas lluvias y su tardanza en caer cuando cayeron, han ocultado las setas, aunque los hongos estén bajo tierra preparándose para el año próximo, o eso espero. Con todo, llegamos a reunir unos cuantos bolets de bou, como los llaman en esta parte de Cataluña, que, mirando en mi guía, parecen unos boletus piperatus, no muy apreciados pero que se dejan comer. Claro, nada que ver con los edulis deliciosos de los bosques de robles y hayas. Espero que tampoco con los llamados "mataparents", a los que se parecen. El caso es que, tras verificación fehaciente por Pere Sagués, mi vecino, que es quien sabe de esto y de la caza del jabalí, los he cocinado y congelado en bolsitas para guisos invernales.
El licor aún no lo he hecho. Tengan en cuenta que tardaré de dos a tres meses en dejarse probar. Ya iré contando. Vale (despedida latina).
Los bolets y unas carnets que me dio Sagués, encontrados en La Mata. |
2 comentarios:
Querida, te han salido unos bodegones dignos de Sánchez Cotan.
Endrinas, que nombre más bonito, no sabía que se les llamaba así a las “blueberries”, ni que el pacharán se hiciera con ellas. Eres increíble! No puedo decir lo del “vales tu peso en oro”- – y mira que está caro – porque estás muy delgaducha.
Pero los 65 de vellón ya los peso, Estrella; no creas. Las endrinas ya están bajo el orujo de Galicia. Ahora, a ver qué tal dentro de seis meses. Espero que podamos probarlo juntas.
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