Le dieron el Nobel en 1996. Era polaca, de nombre difícil para la mayoría de nosotros. Tenía 88 y un cáncer de pulmón debido, quizás, a su afición por el fumeteo.
Me gusta este poema, de lo último que escribió, que han traducido así a inglés Cavanagh y Baranczak:
Die — You can’t do that to a cat.
Since what can a cat do
in an empty apartment?
Climb the walls?
Rub up against the furniture?
Nothing seems different here,
but nothing is the same.
Nothing has been moved,
but there’s more space.
And at nighttime no lamps are lit.
Footsteps on the staircase,
but they’re new ones.
The hand that puts fish on the saucer
has changed, too.
Something doesn’t start
at its usual time.
Something doesn’t happen
as it should. Someone was always, always here,
then suddenly disappeared
and stubbornly stays disappeared.
4 comentarios:
Hay cosas que no se le pueden hacer a tu gato. Y no valen excusas.
Este poema me gusta, aunque nunca fui muy amiga de esas listas interminables de su poesía.
De acuerdo, Elvi, nunca se lo haríamos a
Chata.
Jamás, amada estrella.
Las enumeraciones de la poetisa es lo más poético que se ha escrito en siglos, una preciosidad, un placer, pasar despacio de una a otra ... volver a la anterior, volver a avanzar. ¡Qué lástima que no se reencarne su imaginación y su sensibilidad, que nos perdamos más poemas!
Publicar un comentario