martes, 3 de abril de 2012

Muere Mingote y es como si algo mío se hubiera muerto

Como me pasó con Miguel Delibes. Como si hubiera muerto alguien de mi familia, sin que acierte yo a explicarme el por qué. Puedo atisbar una razón en que ambos eran gentiles caballeros españoles del norte, como mi familia materna, y tenían rasgos en común con mis tíos abuelos, ellos y ellas: un hablar pausado y educado, unos silencios significativos sobre sus personas y hazañas, unas miradas atentas y reflexivas sobre lo que nos rodea y sobre los que nos rodean. Una aparente facilidad para estar a la altura de las circunstancias sin que nada en ellos sonara a falso, a impostura social . Su moderación en las opiniones políticas y religiosas era fruto de muchas horas meditadas sobre la condición humana y la necesidad de buscar refugio que tiene este ser en el que entramos cuando nacemos, tan indefenso, tan perdido, tan solo. (Tampoco sé por qué demonios se ha subrayado en azul todo este texto, ustedes disculpen)
Actual después de 27 años
Sí; se me ha muerto Antonio Mingote al que tuve la suerte de conocer, por mi trabajo en la radio, en su casa del Niño Jesús, donde grabé una hora de clase de saber estar y ser. Y no me cobró ni un céntimo. Mi admiración como la de tantos que le conocieron o, simplemente, siguieron sus dibujos editoriales del ABC. Cómo va a caer el número de lectores del viejo diario monárquico, ante el hueco irrellenable de AMingote.

2 comentarios:

estrella dijo...

Hay personas con las que no cuenta uno con que se mueran...o se piensa que ya se han muerto. Total, una sorpresa. Lo siento, Elvi!

Elvira dijo...

Llevamos una mala racha, Chiqui. Primero se va Tobby... Si es que se mueren los mejores.