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Calabazas de turbante en el jardín del Molí del Salt |
Decidido. En el cuadrante que queda entre la caseta del rosal y el lugar donde coloco la mesa de ping pong voy a plantar lechugas o calabazas.
He ahí el dilema: ¿lechugas o calabazas? Ya sabía yo que mis decisiones llevaban trampa.
Las calabazas son tan espectaculares, con esa manera de ir ganando terreno a base de lanzar sus espirales vegetales y cobrar pedazos de tierra, trepar por las vallas que separan el jardín del río Milans y luego ofrecer esos brillantes frutos de colores llamativos (me gustan las calabazas que llaman "turbante").
Sí, calabazas, quizás. O que compartan sitio con las lechugas; pero no, imposible. Las calabazas son invasoras y no dejan sitio ni para un alfiler. O calabazas u lechugas.
Ay, si alguien pudiera ayudarme... Pero está claro que la humana condición incluye el tener que atravesar estas encrucijadas en solitario.