jueves, 1 de enero de 2009

El saco de la avaricia


Escribe mi admirado José Luis Sampedro un claro y bonito articulo sobre la situación a la que nos ha llevado la codicia de los ricos, ansiosos de ser más ricos aún, más poderosos. Quizá porque no tengan manera de ser más guapos y más afortunados en amores o de permanecer más jóvenes. Dice Sampedro, experto como es, desde hace muchos años, en economía del subdesarrollo, que "la codicia siempre exagerada y el capitalismo insaciable carecen del sentido del límite", y recuerda que los griegos respetaban a una diosa, Némesis, que vigilaba esos límites y perseguía a aquellos que los sobrepasaban.

Reproduzco un párrafo particularmente esclarecedor: "También Roma, dominadora del mundo de su tiempo, acabó desmoronándose y cayendo en un estado de barbarie y desorden. No estamos muy lejos de una situación semejante, porque la barbarie consiste en la destrucción de los valores básicos de una cultura y eso precisamente está ocurriendo en nuestro tiempo. Asistimos a violaciones de la Justicia y los Derechos Humanos, ataques a la libertad, simulaciones de democracia, deconstrucciones de la familia y hasta las mismas religiones y sus iglesias tienen sus crisis. Pero, imperturbable, la codicia continúa."

El articulo salió publicado el 31/dic/08 en El Mundo, en un cuadernillo especial dedicado al "Enemigo del año 2008", la crisis famosa.

A pesar de todo, quizá debamos convencernos, con Johan Strauss, de que "So änglicht wir sind nicht". No debemos angustiarnos. Os envío este agua del molino para que recibais energía positiva. Y que la codicia no os atormente.

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS

6 comentarios:

estrella dijo...

Muy buena observación sobre la codicia. Los tiempos por los que pasamos nos rodean de esa codicia de posesión material que se consigue con el dinero, y más, el dinero por el ansia de Poder y de poseer hasta lo que no se puede comprar. No quiero filosofear, Elvi, se me da muy mal, pero creo que se nos escapa otra especie de codicia que no tiene nada que ver con el dinero y que nos hace infelices, quizás sea el exceso de envidia, una envidia codiciosa, si es que se puede llamar así.

Esa agua de molino parece un buen remedio para la angustia, ya la oigo, la siento en mi cara…y hasta huelo el aire. Gracias por tan hermosa vista.

Elvira dijo...

De nada, hermosa. ya sabe usted donde tiene el agua revitalizadora

estrella dijo...

Y apareceré por ahí cuando menos lo esperes!

Elvira dijo...

¡Prenda! como decimos en Madrì, pues por mí no hay que esperar más. Dices que te tomas unas vacaciones de distanciamiento y te vienes pacá.

Anónimo dijo...

Elvi, con esas cosas tan cariñosas que le dices a la gente (prenda, hermosa) se te va a llenar la casa.
Lleva razon chiqui, esas fotos que pones son de lo mas placenteras.

Elvira dijo...

Gracias, Tex, tesoro. Tengo abandonadísimo este blog y pido excusas a la concurrencia, escasa y selecta. Escasa por lo selecta. Prometo aplicarme en este año impar y sinigual.