Están en Madrid unos artistas que vienen en llamarse Fallen Fruit y cuyo arte se enreda en las vueltas y revueltas de las habichuelas gigantes, artistas que se manchan las manos de una pintura extraña que huele a tierra y a humus, al rico perfume de la vida del jardin, a exhalaciones de bosque, sólo que en medio del asfalto, porque de eso se trata. Una vez cumplido el asfaltado de los paisajes, como pedía Manuel Vicent hace ya unos años, hay que proponerse el reverdecer de las cementeras, también llamadas ciudades. Estos locos de Los Angeles, donde han desarrollado la mayor parte de sus benditas fechorías, tratan de liarla estos días en Madrid, nada menos. En el barrio de la Arganzuela, sitos sus apechusques, aperos y utensilios varios en el Matadero (¡ójala le cambiaran el nombre a este centro magnífico de arte). Para los Fallen Fruits, las frutas, en sus árboles, pertenecen a todo el mundo y por ello deben de estar disponibles para todos. Dedican su ingenio, su habilidad, su tiempo y sus esfuerzos a ello. Buen peso en la balanza frente a los que se dedican a quitarle las manzanas a los niños. Es un decir, ustedes ya me entienden.
Han llegado al barrio, se han puesto a hacer cálculos, han estudiado qué especies de frutales irían mejor para jalonar las calles y ya están en ello, las manos en la masa, confundiéndose, claro, con los vecinos más interesados, que opinan con ellos, deciden con ellos y curran con ellos y sus manos. Cuando vaya a Madrid no dejaré de ver in situ cómo va quedando el barrio. Y si puedo, contribuiré en la faena. Ellos han instalado su campamento base en un espacio de Matadero Madrid que se llama Intermediae, adonde también se puede ir a ver qué pasa. Luego me dará pereza e igual no me muevo del sillón, pero lo dudo. En Madrid se me estimulan los músculos andadores y no paro. Me gusta esta apuesta por comprobar cómo se entiende el espacio público donde brota un frutal, algo que parece que debe tener siempre un dueño. El poder simbólico, dicen. Los artistas no han cambiado. Su impulso sigue siendo el genio de las buenas acciones. O el de la reflexión ante la maldad de la especie. Pero sigan ustedes, por favor, que parece que me estoy perdiendo...
17 comentarios:
Seguimos, seguimos.
Contemplen:
"sitos sus apechusques"
Cualquiera diría que es una frase en, digamos, quechua, o un mantra cargado de poderes activables con una correcta repetición rítmica.
"sitos sus apechusques, aperos y utensilios varios"
Como se embala uno en esta aliteración ...
"sitos sus apechusques, aperos y utensilios varios en el Matadero"
... y parada en seco.
Matadero.
Me suena bien. Desde luego me suena mejor que "Intermediae". Imagínate en el oído de un francés, de un alemán. Bien madrileño; ¿o no hay, por ejemplo, "Malasaña"? (si hay que buscarle significados a lo que en definitiva circula evocando una localización geográfica, adornada, en caso de fortuna, por el sonido de la palabra). Si andas muy ocioso puede que acabes reflexionando en su sentido literal o simbólico. Puesto en esta tesitura yo clasificaría la palabra en la misma línea que "curtidores", "aljibes" o "platería", aspirando un aroma medieval. Si entramos en un ambiente hortícola, puede que ya no encaje "matadero", pero allí te espera "matanza" que mejora la palabra anterior por su sonido, pero también porque el acto que designa es mucho más personal, familiar exactamente, y ahí se ha de saber apechugar con las verdades crudas.
En todo caso, sabes que los deseos cumplidos a veces son maldición. Figúrate que al lugar lo bautizan con algo por el estilo del nombre de la calle en que vive mi hermana menor: Pintura rupestre del Mediterráneo.
Querida.
Frisco, tus análisis elevan el tono y eso me gusta. También el relajo de las cosas simples. De nombres de calles prefiero Amor de Dios. Pero lo de Matadero Madrid sigo sin quererlo.
Slaughter -¿se dice así?-, tampoco te creas...
Claro que Malasaña... No, si al final voy a llevarte la razón. ¿Cómo lo consigues?
Veamos, MM. Si admitiéramos que arte está relacionado con la mejora espiritual de la gente, bien sea por el placer que produce, bien por las inquietudes que despierta, las dudas, los temores, incluso, habría que decir que los Fallen Fruit inducen a preguntas. No veo necesariamente nada blandito en esto, aunque imagino que usted va por lo poco conceptual y poco intelectual que resulta; de acuerdo en eso. ¿Es la idea, el ser los primeros en tenerla? Quizás. Necesito saber más de ellos. Le cuento una vez me pase por el Matadero (¡oh, Dios mío!).
Qué no se me ocurre nada que comentar. Estáis los tres muy sesudos
Elvi, cuidado con los mensajes que dejas en el Face book, que lo lee todo dios...No olvides el email ni el teléfono
De cualquier modo, en los países anglosajones parecen saber más nombres de árboles que chez nous, lo que implica mayor connivencia con la naturaleza. ¿Es, acaso, eso todo un arte? Sí, ya sé; me estoy escaqueando.
¿Esto tambien es un matadero?
Aqui en La Linea dando vista al Peñon y en el mercado esta buena cabeza para hacer un buen marmitako
Ya ves, esto no es de lagartos
Ni de mariposas. M.V.
Siglos que no como atún, y mira que hay cosas ricas en esa bahía de Cádiz, Ay, Dios mío.
Qué burro... en un arrepentimiento he borrado mi comentario. Creo que está perdido. Bueno, si quiere discutimos en mi blog, también.
menuda foto¡ me ha gustado muchísimo
elvichento, ojalá me acuerde y vuelva a esa foto que le ha dejado miguel, es qu me gustaría decir algo más que ¡munuda foto¡
también me gustaría leer con más calma los naranjos de su calle
besos besos
Ay que ver cómo va usted, cartero, de pueblo en pueblo sin parar. ¡Qué vida ésta!
Primero la foto del lagarto y ahora esta, madre mia, que matanza!
Miguel, vuelve a las flores!
Cartero, deje de correr honmbre!
Hoy ha lucido el sol, en Barcelona y en Poblet, ha sido delicioso pasear monte arriba con los perros. Y sortear las enormes ramas de encina que entorpecían el camino... ¡qué de trabajo por hacer!
MM, nos ha dejado a la pata coja sin el comentario que le daba gasolina a la discusión que, por tanto, ha quedado sin producirse. Me pasaré por lo suyo, a ver.
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