La Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, que sí, que no, que caiga un chaparrón con azúcar y limón, que se inunden los cristales de la estación (aunque creo que aquí, en realidad dice "que se rompan los cristales...", que acaso tenga más lógica; pero yo siempre decía "que se inunden").
Pero no llueve. En todas partes se moja la tierra devolviendo a las naricillas ese olor inconfundible y gozoso de la tierra mojada, aún caliente por las estribaciones del verano. Ha llovido en la Cataluña interior, pero el Molino ha vuelto a ser castigado sin agua. Así que la cascada que aparece en la fotografía está ausente y silenciosa.
La cosa no es una broma porque el río hace tiempo que se secó y hubo que salvar cientos de peces que se ahogaban sin agua (esto tiene gracia; son raros los peces, ¿no?). Ahora, tengo que entrar con botas de agua en el fango del estanque, descubierto por la sequía, para recolocar las macetas de nenúfares, lirios de agua, colas de caballo gigantes, calas, etc., que se habían quedado en dique seco y amenazaban con morirse. Dos veces al día, le quito a la hierba el riego para darle ese agua del pozo al estanque; así se evita que la evaporación vaya más deprisa en espera a que llueva.
Pero no llueve, y la melancolía propia de la lluvia de otoño se vuelve aún más triste por no poder sentirla. Es más triste no poder notar cómo los ojos se inundan de lágrimas por la emoción que produce la belleza de una música: la de las gotas de agua chocando con las hojas de los chopos, la tierra del bosque, las piedras del camino, el agua del estanque.
Sí; me doy cuenta de que me he pasado de rosca aunque no crean que me encuentro muy descaminada. Al fin y al cabo les hablo de sentimientos y éstos son siempre muy suyos, o sea, muy nuestros, de cada cual. Ya me entienden. Aunque, con esta sequía, dudo mucho que haya alguien ahí fuera. ¿Hay alguien ahí?
Pero no llueve. En todas partes se moja la tierra devolviendo a las naricillas ese olor inconfundible y gozoso de la tierra mojada, aún caliente por las estribaciones del verano. Ha llovido en la Cataluña interior, pero el Molino ha vuelto a ser castigado sin agua. Así que la cascada que aparece en la fotografía está ausente y silenciosa.
La cosa no es una broma porque el río hace tiempo que se secó y hubo que salvar cientos de peces que se ahogaban sin agua (esto tiene gracia; son raros los peces, ¿no?). Ahora, tengo que entrar con botas de agua en el fango del estanque, descubierto por la sequía, para recolocar las macetas de nenúfares, lirios de agua, colas de caballo gigantes, calas, etc., que se habían quedado en dique seco y amenazaban con morirse. Dos veces al día, le quito a la hierba el riego para darle ese agua del pozo al estanque; así se evita que la evaporación vaya más deprisa en espera a que llueva.
Pero no llueve, y la melancolía propia de la lluvia de otoño se vuelve aún más triste por no poder sentirla. Es más triste no poder notar cómo los ojos se inundan de lágrimas por la emoción que produce la belleza de una música: la de las gotas de agua chocando con las hojas de los chopos, la tierra del bosque, las piedras del camino, el agua del estanque.
Sí; me doy cuenta de que me he pasado de rosca aunque no crean que me encuentro muy descaminada. Al fin y al cabo les hablo de sentimientos y éstos son siempre muy suyos, o sea, muy nuestros, de cada cual. Ya me entienden. Aunque, con esta sequía, dudo mucho que haya alguien ahí fuera. ¿Hay alguien ahí?
7 comentarios:
si, y pronto en Madrid, si no llueve demasiado. voy a darle mi direccion a Chiqui.
Espero que paséis una velada agradable, Manuel. Ojalá pudiera reunirme con vosotros, pero permanezco en mi prisión del campo tarraconense. Así ha de ser por el momento.
Elvi, que penita esa Cascada, la última vez que la vi parecía una catarata. Recuerdas? Venían del pueblo a verla, nosotros la podíamos ver desde las ventanas del Molino.
Espero que llueva antes, pero a lo mejor os traiga suerte el próximo fin de semana.
La cancion de Serrat, no la oia en siglos. Esbonita.
En Málaga Octubre debe ser el més del agua. Y esperemos que así sea.
Todavía nos agarramos al veranillo del membrillo y es un placer disfrutar de la playa sin turismo, sin aglomeraciones, sin calor sofocante y con un agüita transparente y templada.
Aunque entre la foto de la cascada, tus palabras y la canción de Serrat, nos has metido el ambiente otoñal en los huesos, yo prefiero disfrutar de lo que queda de verano malagueño. Ya llegarán los fríos ya....
Belén
Anónimo malagueño (que resultas llamarte Belén): gracias por visitar este humilde y viejo molino renqueante. En Málaga no os quejareis este año, con la manta de agua que os ha caído. Ya podíais pasarnos unas goticas a los pobres sedientos de acá.
La canción de Serrat es algo flojucha, lo que pasa es que me trae recuerdos de adolescencia. Y empezar, empieza bien, pero no se sostiene, me parece. Prefiero a Schubert.
http://www.youtube.com/watch?v=06cvLKfShO0
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