Parece que, al igual que en los primeros años del primer gobierno socialista, cuando era ministro de Cultura, o así, el inefable Javier Solana, en que se formaban esas colas impensables ante una expo de Velázquez, o se pagaban unos cachés inéditos en el mundo entero por escuchar a Yehudi Menuhin, pues al igual que entonces, ahora hay que apuntarse a los eventos necrológicos de carácter cultural.
Así que, hala, todos a ¿honrar? la memoria de Miguel Hernández o del otro Miguel que acaba de morir, Delibes. Todos, los que saben qué eran, qué escribían, qué aliento les daba vida y los que no tienen ni pajolera idea, que son los más, porque no se han dignado a leer ni una sola linea de lo escrito por ellos."Al cabo, nada os debo, me debeis cuanto escribo", y tanto.
Este es el país en el que vivimos: o aplastado por la vil pedantería de los que se creen elegidos de los dioses o abandonado de la plebe soberana que prefiere mirar la caca televisiva o jugar a vidas virtuales antes que pararse (si no va conduciendo un coche), bajo un olmo viejo (si es que queda alguno), junto al río (si no huele a podrido), abrir un libro (de papel, si quedan) a leer (si es que se acuerdan)unas cuantas líneas de un buen autor (si es que saben reconocerlo) que reconforte sus vidas (si es que han advertido estar necesitados de confort).
Perdonen el cabreo. Es una patología que me ataca de vez en cuando. Será el dolor de España del que hablaban los del 98. O mi impaciencia o la envidia que me provocan otras sociedades más razonables pero quizás menos disfrutonas que la nuestra.
Tienen razón: mejor colas ante Velázquez que nada. Mejor asistir a homenajes de escritores desaparecidos que nada. Igual se pega algo y nace el deseo de leer, qué gran regalo.
6 comentarios:
Huy! el acto debe haber estado lleno de arribistas, canaperos y demás ralea para que te pongas de tan mala uva. No olvides que la agenda de la casa real está en la web y eso tira de mucho tonto por si sale en la foto.
Solución, escaquearse si es posible excepto si el cuerpo pide ir.
Irritarse puede dar úlcera, calma plisss. Muchos besos, maca!
Pero no es sólo eso, Piluca; se trata de un viejo malestar de vivir en un lugar donde la cultura sólo sirve cuando vale para figurar o cuando da pasta. O sea, cuando deja de ser. No quise parecer tan enfadada. Más besos, noia.
Ay, Elvi. No sé qué comentar, estoy en uno de esos periodos pasota donde me irritan las protestas y donde me digo 'que cada cual haga lo que le de la gana', sin molestar al prójimo.
Leer? Es tan importante leer llegados a cierta edad y habiendo leído hasta el punto de olvídarlo todo. Yo me quedo con la observación de lo que me rodea. En estos años me ha enseñado y dado mucho más placer que la lectura…Qué le vamos a hacer.
Cartero, quién es usted, el de las pajaritas o el del micrófono? Porque si es el de las pajaritas se trata de un seguidor anónimo, no cree? Por dónde anda? Yo, por lo menos aparezco de vez en cuando.
Pues también es verdad, oyes. Pasan los años y no en valde. Ya estaría bien conformarse con la contemplación de lo que nos rodea, en plan monje budista, y ser feliz con ello. Vi a ver si pruebo un día de éstos.
¡Vaya balde más fisno que me ha salido!
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