Cuesta mucho pensar en la muerte cuando le asociamos un ser que estuvo vivo y al que amamos. O cuando nos ponemos en el momento de nuestra propia muerte.
Por eso el consuelo de la poesía. Aunque ésta sea la de Dickinson, que no concede engaños ni artes simuladoras. Pero, es que es tan bella, tan intensa, tan profunda. Que la quiero compartir con vosotros.
Morí por la Belleza - y me acababan
de ajustar a la Tumba
cuando Alguien que murió por la Verdad
fue recluido en la habitación de al lado-
Preguntó suavemente "¿Por qué has muerto"?
"Por la Belleza", dije -
"Y yo - por la Verdad - Ambas son Una -
Hermanos somos, pues", me contestó -
Y así, como Parientes que una Noche se encuentran
hablamos entre dos Habitaciones -
hasta que el Musgo nos alcanzó los labios
y nos cubrió - los nombres -
Para los que puedan disfrutarla en la lengua en que fue escrita, la versión original:
I died for Beauty - but was scarce / Adjusted in the Tomb / When One who died for Truth, was lain / In an adjoining room - / He questioned softly "Why I failed?" / "For Beauty", I replied -/ "And I - for Truth- Themself are One-/ We Brethren are", He said- / / And so, as Kinsmen, met a Night- / We talked between the Rooms- / Until the Moss had reached our lips -/ And covered up our names -
En homenaje a los que hemos querido tanto y han muerto.
9 comentarios:
Elvira esa poesía se eleva en el aire, como una bella música.No creo que ellos lleguen a percibir ni la una ni la otra, pero bien vale la pena suspender por un rato la incredulidad.
Amalia, alegría de verte. La poesía me da pereza. Como practicar yoga. Pero, una vez que entro ella me entra muy profundamente. ¿Te pasa eso a ti?
Cierto Elvira, nunca lo había pensado así, pero no leo mucha poesía porque requiere más trabajo.
Sí! tal cual, y cuando logro concentrarme en alguna se me abre un mundo apenas sugerido por unas palabras. Esta por ejemplo,me hace cimbrar. Otra autora que me gusta es Wislawa Szymborska.
Y Borges, Borges toujours recommencé...
Borges poeta me encandiló hace ya unos cuantos lustros. Y me quedé con él. Además, tuve la suerte de poder hablat con él en una de sus visitas a Madrid. Pero, bueno, ésa es otra cosa. La auténtica alegría es leerle. De Szymborska nada he leído. ¿Por dónde me recomiendas empezar?
A mí me cautivó este primero que leí, pero creo que casi cualquier otro pidría haberme causado el mismo efecto.
Conversación con una piedra
Wislawa Symborska
Wislawa Szymborska22/10/07 Conversación con una piedra
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Quiero penetrar en tu interior,
echar un vistazo,
respirarte.
-Vete -dice la piedra-.
Estoy herméticamente cerrada.
Incluso hecha añicos,
sería añicos cerrados.
Incluso hecha polvo,
sería polvo cerrado.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Vengo por mera curiosidad.
Sólo la vida permite satisfacerla.
Quisiera pasearme por tu palacio,
y luego visitar una hoja y una gota de agua.
No me queda mucho tiempo.
Mi mortalidad debería ablandarte.
-Soy de piedra -dice la piedra-.
Imposible perturbar mi seriedad.
Vete,
no tengo músculos risorios.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Me han dicho que encierras salas enormes y vacías,
nunca vistas y bellas en vano,
mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie.
Confiésalo: ni tú misma lo sabías.
-Salas enormes y vacías -dice la piedra-.
Pero no hay espacio disponible.
Bellas, quizá, pero no para el gusto
de tus limitados sentidos.
Puedes verme, pero nunca catarme.
Mi superficie te da la cara,
pero mi interior te vuelve la espalda.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
En ti no busco refugio para la eternidad.
No soy desdichado.
Ni carezco de techo.
Mi mundo merece el regreso.
Quiero entrar y salir con las manos vacías.
La prueba de haber estado en ti
se limitará a mis palabras
en las que nadie creerá.
-No entrarás -dice la piedra¬
Te falta el sentido de la participación
Y no existe otro sentido que pueda sustituirlo.
Incluso la vista omnividente
te resultará inútil si eres incapaz de participar.
No entrarás; ese sentido, en ti, es sólo deseo,
mero intento, vaga fantasía.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
No puedo esperar mil siglos
para estar entre tus paredes.
-Si no crees en mis palabras -dice la piedra-,
acude a la hoja, que te dirá lo mismo que yo,
o a la gota de agua, que te dirá lo mismo que la hoja.
Pregunta también a un cabello de tu cabeza.
Estoy a punto de reír a carcajadas,
de reír como mi naturaleza me impide reír.
Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
-No tengo puerta -dice la piedra.
Algún día cuéntame de tu conversación con Borges...
La puerta de una piedra... ¡qué idea! Me pondré aleer, Amalia, no lo dudes. De la conversa con orges recuerdo que fue en un salón del hotel Palace, de Madrid, que estábamos solos, magnetófono por medio, que se sujetaba la cabeza de esa manera suya, y que dirigía su rostro hacia mí, de donde procedía la voz, como si me viera perfectamente. Me pareció un anciano afable, lejos su fama de crítico implacable, hablamos del tango y la milonga, de la vida y la muerte, del amor y la poesía, de la memoria y el olvido; sobre todo de esto último. Acababan de publicar en España, creo que Alianza editorial, un libro suyo de poemas. Aprendí mucho.
¡Se me ha escapado el B! Ché, Amalia, se está bien aquí solitas, ¿no? Sobre todo hoy, un día espléndido en el Molino, brilla el sol y ya perfuman las primeras rosas del jardín.
Bon après-midi mes demoiselles !
Vengo a explicar a Elvira que Sandkunst corresponde a Geomancia, que era el titulo de un libro que Celan estaba leyendo en el psiquiatrico y que el loquero le quito. Pero Celan es muy hermético, y, por tanto, etimologico. Literalmente es Arte de Arena.
Con todo esto me siento muy cercano del poema de la piedra, que tiene una forma de usar el verso que me es conocida, porque, si me puedo permitir, a mi también me gusta jugar ese juego.
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