Con la llegada de la primavera, a pesar de que los fríos se resisten a abandonar el campo de batalla (hum, no debería hablar así, tal como está el patio arábigo)lo que apetece es dar un buen paseo después de comer y de leer los titulares de los diarios. De modo que Luis y yo nos hemos animado a convertirlo en costumbre. Un día hizo un buen sol, el siguiente, nos mojó la lluvia y al otro, el viento resultó bastante desagradable, pero no hemos cejado en el empeño.
Así que, el día de sol me animé a cargar con mi vieja cámara. Pensé que podría merecer la pena, a pesar de que produce cierta pereza mental porque siempre piensas que ya lo has visto todo y que ese paisaje tan pateado y tan contemplado no puede ofrecerte sorpresas. Es tan humano equivocarse constantemente...
El camino hacia el Carrigó, una especie de prado donde crece el cereal, resultó agradable. Buscábamos a Ana, una chica del pueblo que cultiva hortalizas ecológicas y las vende en su casa a quien quiera acercarse a comprarlas. Pero, Ana ya no está allí, nos dijeron. Está a punto de parir y se ha mudado. Vaya, me alegro por Ana pero adiós a mis lechugas ecológicas.
Cuidado con la astenia primaveral.
3 comentarios:
Qué envidia de paseo! y no digamos ese bancal que ya imagino lleno de lechugas. Menudo tesoro eres, Elvi.
La casa que se ve es la de Sergi, poeta campestre. Voy llenando de tierra el bancal. Prponto, podré plantar las primeras lechugas y os envío otra foto.
Lo que nos tienes que enviar son lechugas...te las pagamos a precios ecologicos.
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