Casi no puedo creer que hayan pasado meses desde la última carta. Los días han transcurrido muy deprisa en el Molino, en medio de cierto barullo, de tareas dispersas e inacabables, de trasiego y viajes, visitas y negocios. No parece que haya ni un minuto para quedarse en silencio, sin hacer nada, sólo pensar y, como mucho, sentarse a escribir esta carta, cerca de la pérgola donde empiezan a apuntar los capullos del rosal floribunda, tan fragante.
Apunta la primavera pero aún quedan anunciados días de frío. Quizás ya esté nevando para cuando termine esta carta. Ahora llueve pero la noche es larga.
La noche es larga. Lo está siendo para mi y para mis vecinos. La especie ha aprendido poco desde el principio de los tiempos. No es que quede mucho por hacer es que no hay por dónde empezar. Por mi parte, en cuanto pase el frío, en dos o tres días, empezaré a labrar la tierra para abonarla después y preparar todo para la siembra. Me propongo practicar la llamada permacultura, que respeta tierra, plantas y animales para respetar al ser humano. Hay que buscar la felicidad. Y en esa búsqueda entra todo el mundo o no hay éxito asegurado.
Procuraré no tardar tanto en contarte los progresos de la huerta. Cuento con apoyo moral, algo tan imprescindible. Por ahora, te muestro un queso que preparé el otro día, sin una sola gota de leche: anacardos, bebida de arroz, miso, especias y agua enzimática. Se llama queso por abreviar. Rico está.
Un fuerte abrazo.
Apunta la primavera pero aún quedan anunciados días de frío. Quizás ya esté nevando para cuando termine esta carta. Ahora llueve pero la noche es larga.
La noche es larga. Lo está siendo para mi y para mis vecinos. La especie ha aprendido poco desde el principio de los tiempos. No es que quede mucho por hacer es que no hay por dónde empezar. Por mi parte, en cuanto pase el frío, en dos o tres días, empezaré a labrar la tierra para abonarla después y preparar todo para la siembra. Me propongo practicar la llamada permacultura, que respeta tierra, plantas y animales para respetar al ser humano. Hay que buscar la felicidad. Y en esa búsqueda entra todo el mundo o no hay éxito asegurado.Procuraré no tardar tanto en contarte los progresos de la huerta. Cuento con apoyo moral, algo tan imprescindible. Por ahora, te muestro un queso que preparé el otro día, sin una sola gota de leche: anacardos, bebida de arroz, miso, especias y agua enzimática. Se llama queso por abreviar. Rico está.
Un fuerte abrazo.
6 comentarios:
Querida amiga, ya era hora! No me extraña esta tardanza: haciendo queso sin leche? Habría que probarlo y ver si los que tienen que cuidar de su colesterol encuentran la solución en tu cocina. Anda, no nos dejes por tanto tiempo.
Ah, también esperamos nieve por aquí. Todavía estamos rodeados de barricadas de, ahora , hielo.
También aquí ha nevado, Chiqui. Al rato, ha salido el sol y ha iluminado el día. Es la ventaja de esta tierra, que el frío aprieta pero no ahoga.
Elvi, no sabes como borrar esos anonimos automatas?
como vais ? bonita carta, yo he grabado un youtube esta noche que me ha salido muy lugubre y lo he puesto en modo privado, pero después, sobre un tono un poco mas profundo, con su tos, su parte carrasposa, me ha salido un poema que puede ser hasta terriblemente politico, pero espero que no pase de una vision onirica, bueno aqui esta :
Ella es Kali
he nacido en la era que preside
y no conozco diosa mas hermosa
mientras duermo ella patalea mi cuerpo
algun erotismo tiene que haber
olvidé
todas las diosas y las mujeres
me postré ante la mia
una sombra que desaparece
un continente
un exilio tonal muy malo que me ha pasado
divago cuando ella no esta y la espero
pero que se tome su tiempo
Pues, me gustaría mucho, Chiqui, borrar ese anónimo absurdo, pero no sé cómo. Quizás me tome el tiempo de averiguarlo (cuabdo lo tenga).
Gracias MM, por ofrcer aquí ese poema. Kali destruye y construye. Da miedo pero, en realidad, es maravillosa.
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