jueves, 3 de octubre de 2013



Llueve. Son sólo unas gotas, apenas para perfumar la tierra y recordar que el otoño ya está otra vez aquí. Mientras evito que me caigan sobre la cabeza las "bombas" pinchudas del castaño de Indias me acuerdo de que muchos perros necesitan ayuda, de que muchas personas han muerto, ahogadas en medio del espanto de la noche, en el mar, mientras pedían desesperadamente ayuda. Una ayuda que tres barcos pesqueros no han querido o sabido brindarles. Y me entra una pena grande, me abruma, y tengo que acordarme de respirar hondo, como el yoga me ha enseñado, para no enfermar.
 "El ser humano ha hecho de este mundo un infierno para los animales", dicen que dejó escrito Schopenhauer. Ese comportamiento, debido a sus malos pensamientos, hace infernal para los propios humanos la vida en la Tierra. Nos redime el arte, la música, el amor. Y una mirada al paisaje, a los bosques, a los movimientos de mis gatos, su dulzura cuando descansan.
Para sacudirme la tristeza he hecho una excelente mermelada de higos y ahora me pongo con otra de uvas. Sin azúcar, porque no les hace ninguna falta. Y porque el azúcar, junto con la harina blanca, y no digamos la leche, es un veneno seguro. Pero, se hace tarde y afuera ya ha oscurecido. También ha dejado de llover. Voy a ver si logro sacarme del cuerpo las malas noticias y me preparo algo rico para cenar: vegano, por supuesto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Elvira, soy Manuel, hoy te conocí personalmente en vuestra casa de Poblet, para mi fue un gran placer saludarte a ti y a Luis a quien admiro desde siempre.
Que sepas, que siempre que puedo visito tu blog, en el que encuentro comentarios muy interesantes sobre tus actividades en ese paraje tan bello en el cual resides.
Espero nos podáis visitar en Tarragona.
Ah, por cierto, buscaremos un buen restaurante "Vegano" o similar.
Un abrazo para los dos.

Manuel