miércoles, 30 de diciembre de 2009

Por un agradable año nuevo

Hoy, 30 de diciembre, ha amanecido templado el día, hasta el punto de que se podía estar fuera con sólo un jersey. No lucía el sol a las nueve (lo hizo hacia el mediodía) pero resultaba delicioso quedarse al aire libre, barrer por fin las hojas mojadas por la última lluvia dibujando trazos con el rastrillo en la tierra blanda. Qué peinadito se queda todo. Hay mucho placer en esos trabajos que permiten de inmediato comprobar lo beneficioso del esfuerzo realizado. En ésas estaba cuando me sentí observada. Pero no había nadie, aparentemente, más que yo en el jardín. Un silencio templado como la temperatura y yo. Y el sonido del rastrillo sobre la tierra. Ya iba a entrar a tomarme un rico sencha caliente cuando la ví. Me miraba fijamente desde la rama partida de la acacia centenaria: una ardilla preciosa.

Seguramente, andaba buscando sus avellanas escondidas en alguna parte, como yo cuando busco mis gafas, también aparentemente escondidas en alguna parte. Me sentí unida a ella por la misma cabeza de chorlito, de modo que le susurré suavemente, temía asustarla, un "feliz año nuevo" que le gustó mucho. Lo sé porque me sonrió. Un día muy agradable.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El apagón



¿Se acuerdan del apagón eléctrico acaecido en la magna ciudad de Nueva York (New York) hace una pila de años que -dicen- provocó el nacimiento de muchas criaturas debido a que no se supo nada mejor que hacer en el rato que duró? Bien. Pues esta misma mañana, en el noble pueblo de Espluga de Francolí, a donde me dirigí, en medio de la lluvia, a comprar unas viandas, encontré que el colmado estaba fermé, ¿por qué? pues porque no había luz y no podían usar ni la báscula ni la caja registradora. Me lo comunicó una joven cajera, con su delantalito y su coleta de melena oscura, componiendo un ademán de "como verá usted, razones no nos faltan". De modo, amigos, que ahí me tienen, con cara de pazguata, la boca abierta y el cestillo vacío, la lista de la compra esgrimida en la mano izquierda, de pie en la acera, a la intemperie, deseando que eso no durara más de unos minutos. Pero duró más. De vuelta a casa observé que los chinos estaban abiertos. Se me ha roto la pala de recoger los bombones de los gatos así que me pasé a ver si ellos sí podían atenderme. Había cola. Encontré una palita de plástico agujereada por 0,75 cents, pagué, desée felices pascuas a quienes me atendieron y me volví a casa convencida de que, aunque se vaya la luz, los chinos gobernarán la tierra. ¿Se acuerdan de cuando Mafalda, en medio de la noche, se acerca a la cama de sus progenitores para preguntarle a su padre: "Papi: ¿es siérto que mientras nosotros acá dormimos, los chinos, allá, están despiértos?" Pues, que nos coja confesaos.

lunes, 21 de diciembre de 2009



Esta me la he subido de la wiki, ¿vale? porque aún no dispongo de mi personal computadora, que la tengo castigada sin antivirus. Prometo sustituir esta foto por la auténtica, tomada por mí, de la gineta perseguida por Niebla, la perra blanca fantasmal que recorre sin descanso -como alma en pena- los vericuetos y caminitos de El Teular. Esta de la foto de wiki parece aburrida, falta de estimulo. Nada que ver con la original. La gineta es un ser solitario que se busca la vida como nadie. Resulta antipático porque, a la que tiene ocasión, se mete en un gallinero y monta la de San Quintin, pero, ¿qué quieren? Se trata de un ser vivo que tiene que ganarse el condumio de cada día. Y como no es andaluza no figura entre la cuarta parte de andaluces funcionarios, que cuenta la prensa. O sea, que tiene que luchar por la subsistencia. Ahora bien, quiero que sepan que:

1º no me creo que los andaluces sean tan funcionarios ni que los catalanes -por ejemplo- lo sean menos.

2º no me creo que los funcionarios sean tan vividores como los presentan.

3º es verdad que para huir de la inestabilidad de los tiempos que corren:

1º o se hace una funcionaria

2º o se busca la vida como los depredadores

3º o se mete a monja budista

En fin; dejo en las manos de ustedes, que están limpitas y son habilidosas, las posibles soluciones al asunto que se plantea.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Los viejos piratas nunca mueren


Mindanao es la tercera región que junto con Visayas y Luzón conforman Filipinas. Los españoles, cuando llegaron a estas islas hace casi cuatrocientos años, se encontraron con los rebeldes de Mindanao, que no lo eran tanto porque fueran musulmanes cuanto porque eran, y siguen siendo, piratas, gitanos del mar, dicen de los que viven en Río Hondo, que pude visitar, bien flanqueada, hace dos días. En algun libro de historia contada a los niños filipinos se dibuja a esos habitantes del Mindanao del XVII haciendo burla a los conquistadores mientras peleaban contra ellos. Burlones piratas de muy peligrosa catadura. La melancólica figura de mirada perdida de la fotografía del pirata filipino no debe llamar a engaño.
Cada día se reporta alguna desaparición en el mercado de Zamboanga. Suelen ser mujeres de las que sólo se sabe una vez que aparecen -o no- sus cadáveres. En alguna otra zona de la región, cada cierto tiempo, un sacerdote o un misionero sale de la circulación sin que nadie sepa a dónde. Si tiene quien le rescate regresa a la rutina, como le pasó a aquel holandés hace años. Si es un pobre servidor de Dios sin perrito que le ladre, nada vuelve a saberse de él. Después de un tiempo aparece su cuerpo separado de la cabeza. A los piratas les gusta separar cuerpos de las cabezas. Ya no se toman la molestia de sacar al prisionero de la sentina para conducirlo al baldón con el objeto de que sirva de pasto de los tiburones. Eso era antes.
A todo eso, la vida política filipina lleva meses preparándose para las elecciones de 10 de mayo de 2010. Cada día hay declaraciones a cada cual menos creíble. También se producen hechos como los del otro día en Maguindanao, en que la familia de los Ampatuan se cepilló de mala manera a 57 personas, entre ellas, 31 periodistas, que iban en la comitiva de la familia contrincante en el reparto del poder. Bien, hay que decir, que ellos no hacen ese trabajo personalmente. Para ello contratan a civiles voluntarios armados (aquí lo de las armas es libre como en sus admirados EEUU) que apañan el negocio de la manera más sucia posible.
Lo mejor del asunto es que la prensa es realmente libre y opina libremente, dando a diestro y siniestro. Desde luego que la presidenta GMA no se libra. Pero sigue sin pasar nada. Gloria Macapagal Arroyo ha decretado ley marcial, de modo que no se verá obligada a tomar decisiones muy severas contra su colaborador y asesino compadre. Con la alegre comparsa de la fiesta con que se prepara la Navidad desde septiembre surge la idea machacona de los tristes trópicos, de las tierras bañadas por el mar de China.
Con piratas o sin ellos, la vida filipina transcurre plácidamente en la superficie; en el subsuelo, en el fondo oscuro y oculto, bullen las armas cargadas por el diablo. Aparecen de improviso los diablos mismos, como esos pececillos de colores de los arrecifes de coral de El Nido, tan conmovedores.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Tumulto filipino




Suena una guitarra bien tocada y una voz al compás que canta canciones de los Beatles y de Cat Stevens, de Simon & Garfunkel y de Mamas and the Papas. Un joven filipino toca y canta desde un rincón apartado, casi invisible, y la luna hace su aparición detrás de una gran montaña que emerge directamente del mar. Luna llena sobre el Pacífico en la isla de Palawan. El viento agita suavemente las largas hojas de esas palmeras cocoteras, gráciles, como de tarjeta antigua. Una velada de descanso en uno de esos resorts para turistas ricos. Suena el mar y las conversaciones que se van enlazando entre los que frecuentan el bar, a la orilla del agua, algo agitada por una brisa que está tentada de dejar de ser suave. Conversaciones en un inglés raro, internacional, con dejes indios, combinado con español y tagalo.



Filipinas, Pilipinas. Una jota que parece un pasodoble; una habanera que parece una copla. Ya escribiré más cuando tenga luz y me encuentre sola. Ahora hay mucho barullo alrededor. Perdonadme.