viernes, 21 de enero de 2011

Palabras, dicen

Galileo Galilei
Leo, bajo la amena sombra del templete del Molino, cómo menudean los chistes y comentarios en la prensa española a cuenta de los sueldos que dos ex presidentes del gobierno cobran por asesorar a dos importantes compañías de energía. Se trata de Felipe González, en Gas Natural, quien a su sueldo vitalicio de ex (80.00 €) añade otro de 126.500€. Algo semejante, José María Aznar, en Endesa. Debido a mi humana condición, no voy a negar cierto tinte de envidia  en mis palabras, aunque les aseguro que nunca he sido -y no voy a empezar a serlo a estas alturas- codiciosa ni avarienta en materia de dineros. Que lo digan los jefes que he tenido. Mi relación con el dinero no sobrepasa los límites de la necesidad y la resolución de pequeños problemas, se lo aseguro. Por si fuera poco, de pequeña yo siempre iba con la cigarra. Lo confirmé al dedillo tras la lectura del viejo libro de Clara Coria: El sexo oculto del dinero, que les recomiendo.
Los chistes y comentarios que he visto y oído tampoco llevan carga de mal de ojo o de terribles deseos a los afortunados receptores de tales sueldos. Pero sí, toneladas de melancolía. Especialmente en el caso de Felipe (¿se acuerda alguien de cuando todos le llamaban así?) Escribe Andrés Trapiello, en El Cultural de la semana pasada:  "Muchos simples recordarán acaso a la luz de un hecho tan humano como éste, los bellos y elocuentes discursos de aquel hombre, y dirán ahora, como Hamlet, "palabras, palabras, palabras." Pero a otros el ser simples no nos hace hamletianos: sabemos que hay palabras que no nacen del interés o del provecho propio. Y eso, por paradójioco que parezca, nos permite tomárnoslo todo con bastante humor, sin duda porque seguimos siendo pobres, quiero decir, libres". Y menciona luego a Pablo Iglesias y a Unamuno.
Sí, pobres, sin duda. Y libres para administrar nuestra pobreza. Que sigan los que predican riendo a mandibula batiente, en sus fiestas lujosas, ajenos al dolor de los demás. Siempre habrá algún Hamlet que, mirada en lontananza y a media voz, como Galileo ante el Tribunal de la Inquisición, nombre las cosas por la palabra exacta.

sábado, 15 de enero de 2011

Una lección vital

Rita Levi-Montalcini (Turin, 1909)
Han publicado un librito de Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina (1986) por sus investigaciones sobre el cerebro humano. Descubrió una proteína, la NFG, que estimula el crecimiento de las fibras nerviosas. Una tontería. La doctora Levi-Montalcini es una mujer menuda de encendido pelo blanco, indómita desde niña cuando tuvo que ir oponiendo resistencia a todos los caminos que le iban marcando para que fuera buena niña y buena mujer, después. Ni lo uno ni lo otro, sin dejar de ser buena persona.
El librito en cuestión se llama "El as en la manga" (Crítica, 2010) y trata de juego, claro. El de la vida, el de cumplir años. "Los dones reservados a la vejez" es el subtitulo. Entra en materia científica en los meandros del sistema nervioso, y también en terreno creativo aportando ejemplos conocidos de las vidas de Pablo Picasso, Galileo Galilei, Bertrand Russell... La lectura es una experiencia parecida a la de paladear un bombón delicioso del que sólo se desea que no se termine todavía.
Su inteligencia le impide incurrir en paparruchas de corrección ni en vanas ilusiones de inmortalidad, pero infunde el optimismo propio de una persona admirable como es ella. Para que no valgan cuentos, abre sus páginas con estos versos de Yaerts:
"...el anciano no es más que un residuo humano,
 un vestido hecho jirones colgado de un palo, a
no ser que el alma dé palmas y cante, cante
cada vez más fuerte, por cada jirón
de su vestido mortal"
("An aged man is but a paltry thing./ A tattered coat upon a stick, unless/ Soul claps its hands and sing, and louder sing/ For every tatter in its mortal dress) Collected Poems of W. B. Yeats; MacMillan Publ. NY, 1933.

sábado, 8 de enero de 2011

La vida sigue igual

http://www.youtube.com/watch?v=SXh7JR9oKVE

Lo más chocante es que la gente trate de captar el momento con sus cámaras fotográficas en vez de disfrutarlo plenamente. Como si el sonido real y la emoción de estar en medio de eso pudiera captarse, "congelarse". Otra curiosidad es que, acabada y aplaudida la actuación, los contagiados se sienten tan tranquilos a terminarse la hamburguesa. Qué humanos que semos.

domingo, 2 de enero de 2011

Un nuevo año comienza

Me caigo de sueño y Dante, el gatazo negro, se empeña en subirse al teclado, de modo que tengo que luchar doble para escribir esto, pero no puedo dejar de hacerlo. Acaba de empezar el segundo día del año y no quería que el blog anduviera echando mano de ropa vieja. El 1 del 1 del 11 ha pasado y quiero decirles que lo estrené dando un buen paseo por el bosque, entre nieblas flotantes y la fragancia de la espesura de robles, castaños, pinos, chopos, hayas, cedros, abetos y hasta enebros, madroños y jaras. El silencio se rompía solamente con el crujir de hojas y ramas rotas que alfombran el camino: están limpiando el bosque de los desastres de la nieve pasada. El aprisco de refugio de las mulas que ayudan en las labores de limpieza, está ahora vacío, pero me han asegurado que regresarán. Animales mágicos y desconocidos, las mulas.
En el molino, unos cuantos hombres y mujeres jóvenes, que han llegado de Barcelona, lo pasan en grande organizando cenas y fiestas. Casan bien el silencio y la alegría de las risas y los cuentos que se cuentan. Fuera, en el frío del atardecer, la superficie del estanque permanece inalterada, ni una gota de viento. Los peces se refugian en el fondo, entre la vegetación y el lodo. Los pájaros ya se han guardado. Yo hago lo propio. Buenas noches.